sábado, 31 de mayo de 2014

Posicionamiento de la Plataforma Cumbre Mundial de Afrodescendientes (PCMA) ante la XLIV Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) “Desarrollo con inclusión social”

Aproximadamente 200 millones de afrodescendientes de las Américas, hijos e hijas de la diáspora Africana sobreviviente a la trata esclavista transatlántica, saludamos con esperanza la celebración de la XLIV (44) Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en esta bella ciudad de Asunción, donde nuestros Cancilleres de las Américas debatirán sobre la necesidad de alcanzar para nuestra región el “Desarrollo con inclusión social”.
Este mismo tema del Desarrollo con inclusión social, además integral y sostenible con identidad, fue el objeto central de la  Primera Cumbre Mundial de Afrodescendientes, realizada en La Ceiba, Honduras del 18 al 21 de agosto de 2011. La Primera Cumbre Mundial de Afrodescendientes fue uno de los eventos más importantes realizado en el Año Internacional de los Afrodescendientes, producto de una convocatoria hecha por organizaciones de la sociedad civil afrodescendientes con acompañamiento del Gobierno de Honduras y la cooperación internacional; evento que fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante resolución A/66/460 emitida en diciembre de 2011.
Durante la Cumbre Mundial de Afrodescendientes, se discutió el hecho que los afrodescendientes en pleno  siglo XXI aun enfrentamos problemas estructurales del desarrollo.  La identificación de este fenómeno obedeció a la necesidad de encontrar una relación entre modelos de desarrollo de los países y las condiciones sociales de nuestras comunidades. Esto por cuanto se tiene determinado que las ventajas del desarrollo, expresada como oportunidades reales para potenciar las capacidades y garantizar los derechos humanos de las personas, no solo son esquivas a amplios sectores sociales, sino que en el caso de los afrodescendientes esta problemática es mucho más profunda.
A lo largo de la historia contemporánea el aporte de los afrodescendientes al desarrollo de la humanidad ha traspasado las fronteras menos imaginables de los avances culturales, políticos, tecnológicos, económicos y científicos de Occidente. Ya es bien sabido que gracias a la vergüenza de la esclavización miles de descendientes de africanos contribuyeron al florecimiento de América y a la emergencia del capitalismo y el progreso económico y político de Europa. Fueron millones de esclavos que construyeron ciudades, puentes, barcos, edificios, iglesias, caminos y fuertes que más tarde le darían la gloria a América y a Europa. Pero más allá, fueron los esclavos quienes sembraron la semilla de la libertad, la independencia y la autonomía, considerados los valores fundamentales de los derechos humanos y la democracia.
Sin embargo, cuando analizamos el panorama del desarrollo en Américas, con sorpresa encontramos que la región pese a estar alcanzando niveles económicos  y de crecimiento, aun continúa siendo la más desigual e inequitativa del mundo, y mucho más frente a los indígenas y afrodescendientes.
Según las estadísticas de CEPAL, en la región las diferencias socioeconómicas entre  el quintil más pobre y el más rico de la población son extremas. Esta situación se refuerza con los altos niveles de pobreza existentes, pues se estima que aun el 36,5% de la población de la región —194 millones de personas— se encuentran en situación de pobreza, mientras que la extrema pobreza abarcaba un 13,4% de la población —71 millones de personas—.
Sin embargo el peor escenario de las contradicciones del desarrollo, tiene que ver con que en la región justamente la pobreza y la desigualdad tienen un componente étnico racial importante, que determina que los pueblos afrodescendientes e indígenas y son los más afectados.
Se estima que el 30% de la población de América Latina y el Caribe es afrodescendiente, pero más del 92% están en condiciones de Necesidades Básicas Insatisfechas. El analfabetismo en zonas rurales afrodescendientes aun se mantiene arriba del 25%, en las zonas urbanas el desempleo en afrodescendientes dobla al índice de las poblaciones mestizas; aun una mujer afrodescendiente  gana 150 dólares mensuales promedio menos que una mujer blanca y hasta 220 dólares menos que un hombre blanco. Mientras que en algunos países andinos 30 de cada 100 jóvenes blancos están en la universidad, apenas 8 de cada 100 jóvenes afrodescendientes alcanzan un cupo, para luego enfrentarse a la alta deserción y la baja titulación universitaria. Y lo peor de todo, es que en nuestras zonas rurales los territorios afrodescendientes siguen deteriorándose, pues ya no solo es la deforestación, la agroindustria, los mega proyectos y las empresas mineras y turísticas que vulneran el derecho al territorio ancestral, sino que el narcotráfico y las bandas criminales agravan la vulnerabilidad a lo que consideramos la base del desarrollo con identidad afrodescendiente: nuestras tierras ancestrales.
Estimadas y estimados cancilleres, si vamos a pensar el desarrollo con inclusión, es importante que hagamos conciencia de la condición de exclusión histórica de los afrodescendientes. Se trata de un fenómeno que tiene su origen en los sistemas de colonización y esclavitud impuestos entre los siglos XV y XIX, los cuales consentían abiertamente la explotación seres humanos, además que institucionalizaron en los modelos democráticos la segregación social, económica y política de las personas según su color de piel, generando por tanto situaciones desventajosas al desarrollo a grupos subalternos.
Al intentar una comprensión del panorama de negación de oportunidades y la falta de estímulo al desarrollo de las capacidades a los indígenas y afrodescendientes en la región, es posible afirmar que se trata de expresiones de una discriminación racial estructural, que conlleva a la “desigualdad persistente” y por tanto a una ciudadanización de segunda clase.
Pero  no se trata de un panorama del todo desalentador. En los últimos años la acción política del movimiento social afrodescendiente ha demandado estrategias reales para el desarrollo con inclusión a los afrodescendientes e indígenas por parte de los estados nacionales. Desde finales del siglo XX se han podido constatar esfuerzos sólidos de algunos estados latinoamericanos por romper la exclusión social, económica, cultural y política hacia estas comunidades. Los mejores ejemplos son Brasil, Colombia, Ecuador, Uruguay, Honduras, Costa Rica, Panamá, entre otros. Los esfuerzos van desde propuestas revolucionarias de pensar una alternativa al modelo capitalista proponiendo un paradigma de desarrollo basado en el “Buen Vivir o Sumak Kawsay”, hasta reformas constitucionales para declarar estados plurinacionales e interculturales, incluyendo la promulgación de leyes específicas que atiendan los derechos de las minorías racializadas. De igual manera, se han creado instituciones particulares de atención a las comunidades, se han aplicado planes de desarrollo con enfoque étnico. Además que en unos países se tienen políticas públicas de acciones afirmativas en la educación y superior y en el empleo como caminos para la inclusión social de los afrodescendientes.
Es por ello, que para esta celebración de la XLIV (44) Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), nosotros,  200 millones de afrodescendientes, traemos un mensaje alentador, una propuesta de desarrollo con inclusión para los pueblos afrodescendientes e indígenas, como una justa medida de reparación histórica. Esta propuesta tiene por objetivo que la Organización de los Estados Americanos se acoja y proclame, siguiendo el ejemplo de las Naciones Unidas, el Decenio de los Pueblos Afrodescendientes, que dará comienzo a partir del 1 de enero del año 2015.
Reconociendo el compromiso decidido que los honorables Jefes de Estado y Primeros Ministros de nuestras naciones americanas tienen para que la región se transforme social, política, cultural, económica y ambientalmente hacia un modelo de desarrollo con inclusión social, Planteamos:
1.       APROBAR UNA RESOLUCIÓN DE LA ASAMBLEA GENERAL EN RECONOCIMIENTO DEL DECENIO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDENDIENTES, conforme a lo planteado en el proyecto de resolución (XXXX), la cual toma nota de la resolución A/RES/68/237, aprobada por consenso en la Asamblea General de Naciones Unidas el pasado 23 de diciembre de 2013, en la que se decidió “proclamar el Decenio Internacional de los Afrodescendientes, que comenzará el 1 de enero de 2015 y terminará el 31 de diciembre de 2024” con el tema “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo” .
2.       La declaratoria de UN DECENIO DE LOS AFRODESCEDIENTES, REAFIRMA el compromiso de los Estados Miembros para enfrentar el flagelo del racismo, la discriminación y la intolerancia en nuestras sociedades, como un problema que afecta a la sociedad en general, y muy especialmente a los afrodescendientes. Compromiso que fue ratificado el pasado 5 de junio de 2013 cuando la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) adoptó la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia, y la Convención Interamericana contra Toda Forma de Discriminación e Intolerancia, las que consolidan el contenido democrático de los principios de la igual jurídica y de la no discriminación.

3.       El reconocimiento DEL DECENIO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDIENTES por parte de la OEA, reafirma la voluntad de la comunidad internacional refrendada desde la celebración de la Conferencia Mundial contra el Racismo de 2001, la Conferencia de Examen de Durban de 2009, el décimo aniversario de la Declaración y Programa de Acción de Durban en 2011 y el Año Internacional de los Afrodescendientes en 2011.

4.       Recogiendo tanto el espíritu de los objetivos de la Declaración del Decenio por parte de las Naciones Unidas, como el mandato expreso de la Primera Cumbre Mundial Afrodescendiente, la PROCLAMACIÓN DEL DECENIO DE LOS AFRODESCENDIENTES tendría como objetivos fundamentales:

a)            Fortalecer la adopción de medidas y la cooperación a nivel nacional, regional e internacional para lograr el pleno Desarrollo Sostenible con Identidad e Inclusión en los ciudadanos, comunidades y pueblos afrodescendientes, con el fin de alcanzar el disfrute de los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos y su participación plena y en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la sociedad;
b)           Promover la identidad cultural, el patrimonio y los valores afrodescendientes, alcanzando un mayor conocimiento y respeto de sus expresiones y de reconocimiento a su contribución al desarrollo de las sociedades;
c)            Aprobar y fortalecer marcos jurídicos internacionales, regionales y nacionales sobre los derechos subjetivos y colectivos de los afrodescendientes, logrando así el reconocimiento jurídico en cuanto a pueblo de raíz originaria y civilizatoria de América, tal como ya lo contemplan algunas constituciones
5.            La proclamación del Decenio de los Afrodescendientes, partir del 1 de enero de 2015, es la esperanza de todo un pueblo en que en una década se acorte la brecha de exclusión mediante acciones específicas de políticas públicas por parte de los Estados Miembros dedicada al desarrollo integral, sostenible y con identidad, como una forma concreta de alcanzar las reparaciones históricas a las personas y comunidades y afrodescendientes.

Es por eso, que la proclamación del Decenio debería trazarse las siguientes metas:

·         Diseñar y promover el establecimiento de un Fondo de Desarrollo Afrodescendiente en la Organización de los Estados Americanos y en la ONU, con financiamiento de los gobiernos y la cooperación internacional, como mecanismo justo para garantizar los derechos económicos, sociales, culturales, territoriales y ambientales de los hombres y mujeres  Afrodescendientes, y superar las disparidades en su desarrollo.
·         Adoptar las medidas necesarias para la creación y funcionamiento del Foro Permanente de Afrodescendientes en el seno de la Organización de los Estados Americanos OEA.
·         Realizar acciones encaminadas a que los Estados y los organismos regionales e internacionales adopten medidas de acción afirmativa para asegurar el acceso pleno de los hombres y mujeres Afrodescendientes a los servicios de educación, salud,  vivienda.
·         Realizar campañas para que las corporaciones privadas implementen inversiones en comunidades Afrodescendientes, como parte de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa, que vayan orientados a la generación de ingreso y empleo.
·         Promover la producción y diseminación de la Historia General de África en español tal como ya lo hizo el Gobierno de Brasil y financiar la Historia del Desarrollo Cultural de los y las Afrodescendientes, textos que deben tener una distribución mundial. 
·         Salvaguardar los territorios ancestrales, promover su sostenibilidad ambiental y asegurar la autonomía, la consulta previa y la gobernabilidad.
·         Propiciar la creación de fondos para financiar el acceso de los jóvenes afrodescendientes a la educación universitaria, auspiciar becas de posgrados en las universidades más prestigiosas, y apoyar la iniciativa de la Universidad Afrodescendientes de las Américas, propuesta por las organizaciones de la Cumbre Mundial Afrodescendiente.
·         Diseñar estrategias de desarrollo económico y empresarial que respondan a las necesidades de empoderamiento económico de las poblaciones Afrodescendientes a nivel global y promover la Cooperación Sur-Sur entre la diáspora y África.

Secretaría Ejecutiva
Plataforma Cumbre Mundial de Afrodescendientes


DESARROLLO INTEGRAL SOSTENIBLE CON IDENTIDAD…