Washington,
Estados Unidos de América, 24 de Septiembre de 2014.
Aproximadamente 200 millones de afrodescendientes de
las Américas, hijos e hijas de la diáspora Africana sobreviviente a la trata
esclavista transatlántica, saludamos con ferviente solidaridad y reconocimiento
la celebración del 44th Congressional Black Caucus, con intensas jornadas de
reflexión y propuestas sobre la realidad socioeconómica de las personas
Afrodescendientes, incluyendo América Latina y el Caribe, como está dispuesto
en el panel: Inclusion:
Afro-Latino Partnerships with State and Civil Societies in the Americas”.
El tema del Desarrollo con inclusión social, además
integral y sostenible con identidad, fue el objeto central de la Primera Cumbre Mundial de
Afrodescendientes, realizada en La Ceiba, Honduras del 18 al 21 de agosto de
2011. La Primera Cumbre Mundial
de Afrodescendientes fue uno de los eventos más importantes realizado en el Año
Internacional de los Afrodescendientes, producto de una convocatoria hecha por
organizaciones de la sociedad civil afrodescendientes con acompañamiento del
Gobierno de Honduras y la cooperación internacional; evento que fue reconocido
por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mediante resolución A/66/460
emitida en diciembre de 2011.
Durante la Cumbre Mundial de Afrodescendientes, se
discutió el hecho que los afrodescendientes en pleno siglo XXI aun enfrentamos problemas
estructurales del desarrollo. La
identificación de este fenómeno obedeció a la necesidad de encontrar una relación
entre modelos de desarrollo de los países y las condiciones sociales de nuestras
comunidades. Esto por cuanto se tiene determinado que las ventajas del
desarrollo, expresada como oportunidades reales para potenciar las capacidades
y garantizar los derechos humanos de las personas, no solo son esquivas a
amplios sectores sociales, sino que en el caso de los afrodescendientes esta
problemática es mucho más profunda.
A lo largo de la historia contemporánea el aporte
de los afrodescendientes al desarrollo de la humanidad ha traspasado las
fronteras menos imaginables de los avances culturales, políticos, tecnológicos,
económicos y científicos de Occidente. Ya es bien sabido que gracias a la
vergüenza de la esclavización miles de descendientes de africanos contribuyeron
al florecimiento de América y a la emergencia del capitalismo y el progreso
económico y político de Europa. Fueron millones de esclavos que construyeron
ciudades, puentes, barcos, edificios, iglesias, caminos y fuertes que más tarde
le darían la gloria a América y a Europa. Pero más allá, fueron las personas
esclavizadas quienes sembraron la semilla de la libertad, la independencia y la
autonomía, considerados los valores fundamentales de los derechos humanos y la
democracia.
Sin embargo, cuando analizamos el panorama del
desarrollo en Américas, con sorpresa encontramos que la región pese a estar
alcanzando niveles económicos y de
crecimiento, aún continúa siendo la más desigual e inequitativa del mundo, y
mucho más frente a los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes.
Según las estadísticas de CEPAL, en la región las
diferencias socioeconómicas entre el
quintil más pobre y el más rico de la población son extremas. Esta situación se
refuerza con los altos niveles de pobreza existentes, pues se estima que aun el
36,5% de la población de la región —194 millones de personas— se encuentran en
situación de pobreza, mientras que la extrema pobreza abarcaba un 13,4% de la
población —71 millones de personas—.
Sin embargo el peor escenario de las
contradicciones del desarrollo, tiene que ver con que en la región justamente
la pobreza y la desigualdad tienen un componente étnico racial importante, que determina
que los pueblos Afrodescendientes e Indígenas son los más afectados.
Se estima que el 30% de la población de América
Latina y el Caribe es afrodescendiente, pero más del 92% están en condiciones
de Necesidades Básicas Insatisfechas. El analfabetismo en zonas rurales afrodescendientes
aún se mantiene arriba del 25%, en las zonas urbanas el desempleo en
afrodescendientes dobla al índice de las poblaciones mestizas; aun una mujer
afrodescendiente gana 150 dólares
mensuales promedio menos que una mujer blanca y hasta 220 dólares menos que un
hombre blanco. Mientras que en algunos países andinos 30 de cada 100 jóvenes
blancos están en la universidad, apenas 8 de cada 100 jóvenes afrodescendientes
alcanzan un cupo, para luego enfrentarse a la alta deserción y la baja
titulación universitaria. Y lo peor de todo, es que en nuestras zonas rurales
los territorios afrodescendientes siguen deteriorándose, pues ya no solo es la
deforestación, la agroindustria, los mega proyectos y las empresas mineras y
turísticas que vulneran el derecho al territorio ancestral, sino que el
narcotráfico y las bandas criminales agravan la vulnerabilidad a lo que
consideramos la base del desarrollo con identidad afrodescendiente: nuestras
tierras ancestrales.
Estimadas y estimados amigos y amigas, señores y
señoras congresistas, si vamos a pensar el desarrollo con inclusión, es
importante que hagamos conciencia de la condición de exclusión histórica de los
afrodescendientes. Se trata de un fenómeno que tiene su origen en los sistemas
de colonización y esclavitud impuestos entre los siglos XV y XIX, los cuales
consentían abiertamente la explotación seres humanos, además que
institucionalizaron en los modelos democráticos la segregación social,
económica y política de las personas según su color de piel, generando por
tanto situaciones desventajosas al desarrollo a grupos subalternos.
Al intentar una comprensión del panorama de negación
de oportunidades y la falta de estímulo al desarrollo de las capacidades a los
indígenas y afrodescendientes en la región, es posible afirmar que se trata de
expresiones de una discriminación racial estructural, que conlleva a la
“desigualdad persistente” y por tanto a una ciudadanización de segunda clase.
Pero no se
trata de un panorama del todo desalentador. En los últimos años la acción
política del movimiento social afrodescendiente ha demandado estrategias reales
para el desarrollo con inclusión a los afrodescendientes e indígenas por parte
de los estados nacionales. Desde finales del siglo XX se han podido constatar
esfuerzos sólidos de algunos estados latinoamericanos por romper la exclusión
social, económica, cultural y política hacia estas comunidades. Los mejores
ejemplos son Brasil, Colombia, Ecuador, Uruguay, Honduras, Costa Rica, Panamá,
entre otros. Los esfuerzos van desde propuestas revolucionarias de pensar una
alternativa al modelo capitalista proponiendo un paradigma de desarrollo basado
en el “Buen Vivir o Sumak Kawsay”, hasta reformas constitucionales para
declarar estados plurinacionales e interculturales, incluyendo la promulgación
de leyes específicas que atiendan los derechos de las minorías racializadas. De
igual manera, se han creado instituciones particulares de atención a las
comunidades, se han aplicado planes de desarrollo con enfoque étnico. Además
que en unos países se tienen políticas públicas de acciones afirmativas en la
educación superior y en el empleo como caminos para la inclusión social de los
afrodescendientes.
Es por ello, que para esta celebración del 44th Congressional Black Caucus,
nosotros, 200 millones de personas Afrodescendientes,
traemos un mensaje alentador, una propuesta de desarrollo con inclusión para
los pueblos afrodescendientes, como una justa medida de reparación histórica.
Esta propuesta tiene por objetivo que las y los Señores Congresistas acojan y proclamen, siguiendo el ejemplo de
las Naciones Unidas, el Decenio de los Pueblos Afrodescendientes, que dará
comienzo a partir del 1 de enero del año 2015.
Reconociendo el
compromiso decidido del Honorable Congresista Henry C. Johnson y la Fundación
Interamericana, que hacen posible nuestra participación en esta trascendental
jornada, así como a todos los honorables integrantes del Congressional Black Caucus,
que consideran importante escuchar la voz de nuestros pueblos situados desde
Rio Bravo hasta la Patagonia, para contribuir a la transformación social,
política, cultural, económica y ambiental, que haga posible la adopción de modelos
de desarrollo con inclusión social, Planteamos:
1.
QUE EL CONGRESSIONAL BLACK CAUCUS, PROMUEVA UNA
RESOLUCIÓN EN EL SENO DEL ORGANO LEGISLATIVO DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA EN
RECONOCIMIENTO DEL DECENIO INTERNACIONAL DE LOS AFRODESCENDENDIENTES, conforme resolución de la Organización de los
Estados Americanos AG06394S05, la cual toma nota de la resolución A/RES/68/237,
aprobada por consenso en la Asamblea General de Naciones Unidas el pasado 23 de
diciembre de 2013, en la que se decidió “proclamar el Decenio Internacional de
los Afrodescendientes, que comenzará el 1 de enero de 2015 y terminará el 31 de
diciembre de 2024” con el tema “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y
desarrollo” .
2.
La
declaratoria de UN DECENIO DE LOS
AFRODESCEDIENTES, REAFIRMA el compromiso de los Estados Miembros para enfrentar el flagelo del
racismo, la discriminación y la intolerancia en nuestras sociedades, como un
problema que afecta a la sociedad en general, y muy especialmente a los
afrodescendientes. Compromiso que fue ratificado el pasado 5 de junio de 2013
cuando la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA)
adoptó la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial
y Formas Conexas de Intolerancia, y la Convención Interamericana contra Toda
Forma de Discriminación e Intolerancia, las que consolidan el contenido
democrático de los principios de la igual jurídica y de la no discriminación.
3.
Recogiendo tanto el espíritu de los objetivos de la Declaración del
Decenio por parte de las Naciones Unidas y la Organización de los Estados
Americanos OEA, así como el mandato expreso de la Primera Cumbre Mundial
Afrodescendiente, la PROCLAMACIÓN DEL DECENIO DE LOS AFRODESCENDIENTES tendría
como objetivos fundamentales:
a) Fortalecer la adopción de medidas y la cooperación a
nivel nacional, regional e internacional para lograr el pleno Desarrollo
Sostenible con Identidad e Inclusión en los ciudadanos, comunidades y pueblos
afrodescendientes, con el fin de alcanzar el disfrute de los derechos
económicos, sociales, culturales, civiles y políticos y su participación plena
y en igualdad de condiciones en todos los ámbitos de la sociedad;
b) Promover
la identidad cultural, el patrimonio y los valores afrodescendientes,
alcanzando un mayor conocimiento y respeto de sus expresiones y de
reconocimiento a su contribución al desarrollo de las sociedades;
c) Aprobar
y fortalecer marcos jurídicos internacionales, regionales y nacionales sobre
los derechos subjetivos y colectivos de los afrodescendientes, logrando así el
reconocimiento jurídico en cuanto a pueblo de raíz originaria y civilizatoria
de América, tal como ya lo contemplan algunas constituciones
5. La
proclamación del Decenio de los
Afrodescendientes, partir del 1 de enero de 2015, es la esperanza de todo
un pueblo en que en una década se acorte la brecha de exclusión mediante
acciones específicas de políticas públicas por parte de los Estados Miembros
dedicada al desarrollo integral, sostenible y con identidad, como una forma
concreta de alcanzar las reparaciones históricas a las personas y comunidades y
afrodescendientes.
Es por eso, que la proclamación del Decenio debería trazarse las
siguientes metas:
- Diseñar y promover el
establecimiento de un Fondo de
Desarrollo Afrodescendiente en la Organización de los Estados
Americanos y en la ONU, con financiamiento de los gobiernos y la
cooperación internacional, como mecanismo justo para garantizar los
derechos económicos, sociales, culturales, territoriales y ambientales de
los hombres y mujeres
Afrodescendientes, y superar las disparidades en su desarrollo.
- Adoptar las medidas
necesarias para la creación y funcionamiento del Foro Permanente de
Afrodescendientes en el seno de la Organización de los Estados Americanos
OEA.
- Realizar acciones
encaminadas a que los Estados y los organismos regionales e
internacionales adopten medidas de acción afirmativa para asegurar el
acceso pleno de los hombres y mujeres Afrodescendientes a los servicios de
educación, salud, vivienda.
- Realizar campañas para
que las corporaciones privadas implementen inversiones en comunidades
Afrodescendientes, como parte de sus programas de Responsabilidad Social
Corporativa, que vayan orientados a la generación de ingreso y empleo.
- Promover la producción
y diseminación de la Historia
General de África en español tal como ya lo hizo el Gobierno de Brasil
y financiar la Historia del
Desarrollo Cultural de los y las Afrodescendientes, textos que deben
tener una distribución mundial.
- Salvaguardar los
territorios ancestrales, promover su sostenibilidad ambiental y asegurar
la autonomía, la consulta previa y la gobernabilidad.
- Propiciar la creación de fondos para financiar el acceso de los
jóvenes afrodescendientes a la educación universitaria, auspiciar becas de
posgrados en las universidades más prestigiosas, y apoyar la iniciativa de
la Universidad Afrodescendientes de
las Américas, propuesta de la Organización de Desarrollo Étnico
Comunitario y las demás organizaciones de la Plataforma Cumbre Mundial de Afrodescendientes.
- Diseñar estrategias de desarrollo económico y empresarial que respondan a las necesidades de empoderamiento económico de las poblaciones Afrodescendientes a nivel global y promover la Cooperación Sur-Sur entre la diáspora y África, así como estimular la condicionalidad de la cooperación de los Estados Unidos con América Latina, para la inclusión y desarrollo con identidad de las comunidades y Pueblos Afrodescendientes.
Celeo Alvarez Casildo
Presidente ODECO
Secretaría Ejecutiva
Plataforma Cumbre Mundial de
Afrodescendientes
DESARROLLO
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